DEJEMOS EL CORAZON

Ella

Ella anda disuelta por las calles
de las tempestades,
buscando caminos y encontrando ansiedades,
en el que se cae y cuántas veces se levanta,
en las multitudes
buscando nuevas esperanzas.
Ella escucha hablar a los latidos del corazón,
parce que percibe a través de la razón,
los dolores de la ausencia frustrada.
Ella se consuela y sin decir palabras
observa callada,
entre la muchedumbre encuentra alegrías
que quiere compartir,
pero no encuentra el día
en el que tú quieras venir,
junto a su pelo
y llevar todas sus ropas quitadas
al monte de las igualdades,
que allí entre multitudes la puedas percibir.
Ella sabe que hay entidades
que le asaltan su mente,
sabe que el dolor no se lleva en la frente,
porque hay brazos sin fuerzas
que la quieren abrazar,
ella sabe que habita la conciencia,
pero hay quien no la quiere escuchar.
Ella camina en la mente de todos y quieren
que la descubran
entre los más sensibles,
los que maltratan la conciencia de los humildes,
los que derrumban
el hambre sin paladar alguno,
los que habitan los surcos montunos
entre palabras con tonadas de exigencia.
Ella anda corriendo por todos los lados,
buscando
¿dónde está la conciencia?
No la ves que trae los labios apretados
del frio y la infelicidad,
anda entre tantos que la buscan,
sin poderla lograr,
los que aman y la exigen,
los que luchan y la quieren
y otros que no la prefieren.
Ella trae migajas de caricias nuevas
que quiere compartir,
escúchala entre el grito
de niños desnudos de sueños
y con el dolor se tienen que vestir.
Ella está desesperada por cubrir al mundo de paz,
porque de pie se lucha por ella,
se mata, se conquista, hasta se atropella,
¡porque ella es la libertad!

La Noche de la Iguana - Lucrecia