" 525"

Aquel hotel, fue testigo mudo del mas bello de los romances.
Era una mañana cálida con aire invernal y levemente las hojas caían, anunciando
la llegada de un cambio climático. Ella se levantó para alisar su pelo todo alborotado
al tiempo que recordó que debía estar a una hora determinada en el lobby del Hotel
Sevilla. Su pantalón vaquero ajustó la cintura, mientras que una delicada blusa casi
transparente cubría su hermoso busto. Sólo faltaba su pañuelito en el cuello que le daría el toque final.

No era correcto su andar apresurado y sus ansias por llegar, como no lo eran sus atribulaciones en sus pensamientos y su desenfreno pasional. Respiró profunda-
mente como tratando de no pensar.

Al llegar, muchos eran los que allí se hallaban buscando diferente información,
ella se dirigió al carpetero en forma asolapada y en silencio dijo:
-Yo soy Nereida Sánchez...le dio la llave diciendo es la # 525.
Sus pasos se hacían lentos queriendo llegar rápido. El elevado estacionado en el
piso 2 y por la escalera no se podía subir, la solución era esperar. Llegó aquel estrecho y húmedo elevador tan ansiado por ella, bajándose en el piso 5.
.
Buscó añoradamente aquel número y no lo hallaba, se encontró el 523, 524, y 526
¿ Pero cómo era posible, que ese número no existiera ?
Decidió reflexionar y todo parecía indicar que no se había equivocado en nada.
Rompió a llorar dejando escapar la impotencia que sentía.
Las horas transcurrían velozmente. Estaba segura que la persona que la esperaba se había marchado ya, porque era de pensar que ella no asistió a la cita. En forma desalentada se dispuso a la espera de nuevo de aquel elevado que ahora estaba detenido , justamente en el lobb y como quien se resigna a los inconvenientes recostó su cabeza sobre la dura pared, cerrando sus ojos.
Una cálida voz acarició sus oídos, susurrando suave.."No te desesperes que yo siempre estaré ahí esperando por ti."
Se quedó quieta , muy asustada queriendo detener el tiempo entre sus. pensamientos. Al rato abrió sus aterrorizados ojos dándose cuenta que estaba allí mismo donde apoyó su cuerpo ahora en aquella pared sin poderse mover ,en eso se abrió el elevador y se halló dentro de el. Ella miró a todo alrededor de aquel largo y oscuro pasillo pero no vio a nadie.
Hulló de ahí en forma casi espantada. Llegó a la carpeta y sin poder hablar entregó la llave al hombre que sorprendido la miró exclamando: -"¿ cómo tiene usted esa llave, si esa habitación está clausurada, ya que era de los dueños de este hotel que murieron hace 25 años y no se renta por respeto al amor de ellos.