Este negro debe ser mas malo”. Corrían los primeros años de la revolución cubana y había mucho alboroto en las calles que yo no entendía, mas aquel maestro nos explico parte del proceso que comenzaba. Pero mis vida escolar transcurría entre nada extraordinario. El Beso de la patria que todos los viernes celebraban a través del voto entre alumnos, casi siempre me fue otorgado porque siempre me gusto acercarme a los demás y porque les daba parte de mi merienda que era una forma de soborno escolar y me resulto.Todos los viernes me parecía una estatua delante de la bandera cubana, cuestionándome si yo lo merecía y solo me cobijo el deseo de protegerla de aquel ardiente sol que a veces la castigaba.
Mi maestro era de todas las asignaturas, pero la que yo amaba era la de Gramática y Moral y Cívica, que así se llamaba.,. Le escuchaba sintiendo que sus palabras sonaban a mis oídos como algo acariciador y comencé a valorar sus conocimientos, por lo que entonces empecé a verlo menos negro. Supe lo que era acercarme y que me escucharan y medio escurridiza poco a poco trate que el grupo se portara bien y así garantizar que no desaprobaran, haciendo con esto que mi maestro se sintiera feliz. Mi felicidad también fue haber sido alumna de Juan Marquetti de los famosos de Alquizar, que eran siete hermanos y todos profesionales. Que vientre tan bendito que supo dar hijos con luz para los demás.
Siempre mi despertar fue hermoso, porque me esperaban mis amigos y mi querido maestro y ansiosa transitaba con pasos apurados para llegar al inmenso portón azul que se abría ante mí como un gigante. Pero un día de abril mi maestro no estaba…… ……
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