El codiciado néctar verde de todos los dioses se salvo… Tres días en contacto con los rayos solares mas obligado al aire pujado de un ventilador orbita (de procedencia rusa) el cual parecía un asesino ambulante con aquellas paletas amenazadoras a la intemperie fue el que contribuyo a que la obra se completara… mi madre se dio a la tarea entonces de empezar a contarlos para distribuirlos en su forma y después volver a buscar donde colocarlo y que estuviera seguro de todos.
Observé a mi madre detenidamente, ella muchas veces me lo negó, pero no le reprocho, si ella lo hizo con su esfuerzo y yo se su abnegación ante aquel fogón de luz brillante en Güira de Melena donde los tabaqueros que trabajaban en la fabrica de tabacos “Montero” esperaban porque ella les tuviera sus comidas a tiempo. Se de sus lavados de ropas a ellos mismos y a familias diferentes y siempre la veía trabajando. Tenía porque entonces cuidar de su recompensa. Yo estaba entonces cursando la primaria y me pusieron un maestro mas negro que una noche oscura… Siempre había tenido maestras y cuando me enfrente por primera vez a aquel pedazo de carbón vestido con ropas y muy elegante me dije >”Este negro debe ser mas malo”.
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