Mi Habana querida, mis calles con adoquines, mis callecitas tan recordadas, mis balcones con sus sábanas colgadas mientras esta melodía corre, no puedo dejar de sentir una inmensa nostalgia al ver esos mismos balcones apuntalados para que no caigan, ¡ay señor cómo duele que mi Cuba esté tan abandonada! y ni siquiera tú, puedes hacer nada.
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ResponderBorrarMi Habana querida, mis calles con adoquines, mis callecitas tan recordadas, mis balcones con sus sábanas colgadas mientras esta melodía corre, no puedo dejar de sentir una inmensa nostalgia al ver esos mismos balcones apuntalados para que no caigan, ¡ay señor cómo duele que mi Cuba esté tan abandonada! y ni siquiera tú, puedes hacer nada.
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