El valor de tu desprecio
lo impregnaste en mis arterias
y puede más el dolor,
que mi amor.
Me lo pregunto cada día
¿por qué es así que lo siento?
Aquí en mis recónditos más oscuros,
en lo infinito del sentir,
ahí donde anacrónicas
tus bellas palabras de poeta
quedaron sin fin.
El desprecio duele,
que hasta penetra en tu piel,
atraviesa lagunas,
montañas,
praderas,
pantanos,
lugares tan escondidos
que te perforan los sentidos
y no quieres del amor saber,
tu desprecio,
lo tuve que de espalda conocer,
no fuiste tan hombre de enseñarme,
para que lo pudiera aprender.
Aprendí algo,
que mi amor es grande
y entre mis locuras
que por ti sentí,
navegas entre débiles
y frágiles naves.
Me protegeré mi coraza
y aunque tu olvido me llegue,
lo disolveré entre los mares,
para que a ti, vulnerable llegue,
porque a pesar de tu desprecio
y que todavía duele,
no quiero lastimar tu alma,
con mi silencio ahogado
te llegarán mis placeres
¡por ti ya apagados!
sábado, 5 de junio de 2010
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