Al amanecer en mi ventana,
una libélula me hablaba,
de sueños multicolores,
pensando en amores
aun con aliento,
sobre mieles de esperanza
lloraba,
entre sábana heladas
¡tenía frío!
¡hasta temblaba!
por la ignorancia
que al mundo abrazaba.
Ven mi pequeña traviesa,
sentémonos afuera,
mira ese árbol,
¿no te parece como si creciera?
Miremos su profundidad,
¡yo creo que creció de verdad!
La vida necesita de todo
como sustento divino,
muchas veces exigimos
sin tener necesidad,
¡ven no me llores más!
un cuento te haré
de esos de amor,
¡ven sin temor!
si quieres yo te lo invento.
En mis brazos la cargué.
¿quieres el de cenicienta?
¿La bella durmiente?
¿Caperucita?
¡OH ! ya se….
¡El de los tres cerditos!
Había una cierta vez,
¿Cuántos cerditos eran?…
mi memoria está al revés.
¡ ay mi libélula querida !
dormidita la dejé.
Al atardecer,
en mi árbol frondoso,
mi libélula suspiraba
en un sueño infantil,
¡lleno, de suspiros hermosos.!
sábado, 5 de junio de 2010
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